lunes, 25 de febrero de 2013

Estaba en una fiesta con James, mi "novio". Él había tomado algunas copas de más y no estaba muy bien. Saíó a la pista de baile mientras yo me quedé en la barra con una Coca-Cola.
-___ ven a bailar-dijo James acercándome a mí. Apestaba a alcohol.
-Estás demasiado borracho, vámonos a casa-dije tirándo de él.
-No. Estoy harto de hacer lo que tu digas-dijo levantándo la voz. ¿Qué diablos le pasaba?
-¿Qué dices? Si no vienes me voy yo, adiós.
Salí de allí. En la calle hacía mucho frío. La niebla inundaba las calles de Londres.
-¡He!-gritó alguien detrás de mi- ¿Como te atreves a dejarme allí así?
Ya estaba harta de esto. Llevo seis meses con él. Los dos primeros fueron geniales, a partir de ahí, James cambió mucho, solo pensaba en sexo, alcohol y drogas. ¿Quién era? No era el mismo chico del que me enamoré.
-James, dejame, estoy harta de esto, déjame vivir.
-¿Estás cortando conmigo?
-Si. Llevo meses intentándolo, no te lo dije antes por miedo, pero ya está se acabó.
Seguí adelante sin hacerle caso. James tiró de mi brazo hacia atrás.
-Me estás haciendo daño, suéltame-me empujo contra la pared de un edificio.
-Primero, aquí mando yo, segundo, antes de dejarte ir voy a hacer algo que llevo seis meses esperando, y me vas a dejar-puso sus labios contra los míos y empezó a subir sus manos por mis piernas.
-Déjame-las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.
-No, ya dije que mando yo.
Volvió a besarme, se separó sin soltarme los brazos y se empezó a desabrochar el cinturón. Yo empecé a gritar.
-Cállate-le miré a los ojos. Estaban llenos de furia, debería ser por la droga. No le hice caso y seguí llorando hasta que su mano se puso en mi cara. ¿Me había pegado? Puse mi mano en mi mejilla y me acaricié suavemente. Acabó por desabrocharse el cinturón y volvió a atraparme los brazos contra la pared.
-Déjame por favor-grité.
Pasó de mi. Volvió a besarme.
Una figura humana vino corriéndo, se abalanzó sobre él y le empezó a pegar. Me senté en el suelo y seguí llorando.
James, después de darle un gran golpe en el estómago y en la cara salió corriendo.
-¿Estás bien?-dijo el chico agachándome a la altura de mis ojos.
-Todo lo bien que se puede estar. Gracias. Siento lo de tu cara...
-No importa-sonrió. Tenía una sonrisa preciosa. Le miré a los ojos, tenía uno morado, a la luz de las farolas pude ver que sus ojos eran azules, azules como el cielo.
-Estás sangrando...-dije poniéndole la mano en la comisura de los labios.
-Estoy bien, no te preocupes, ven- me tendió las manos, las tomé y me levanté.
Me froté la mejilla
-¿Te duele?-puso sus dedos en mi cara observando el lugar donde James me había dado.
-Un poco-dije cerrándo los ojos- Gracias otra vez...
-No las des. Por cierto soy Niall, encantado.
-___-le di dos besos con cuidado de no hacerle daño.
-¿Ese era tu novio?
-Si...
-Qué imbécil...
-Lo se, bueno, me tengo que ir a casa.
-Te llevo, tranquila, no te haré nada, no quiero que te pase algo como esto que acaba de pasar.
-Gracias
Nos dirijimos a un aparcamiento, solo había un coche, uno negro.
-Sube-dijo sonriéndo.
Le devolví el gesto y subí al coche.